
Empezaron el encuentro con unos momentos de oración y reflexión y después se llevaron a cabo unos talleres que los alumnos y profes de nuestro cole habían preparado.
Había que hacer un descanso ¿y qué mejor forma que compartiendo un almuerzo tan otoñal como castañas asadas y chorizo?
Por la tarde, como cada año, visitaron la residencia de ancianos y les hicieron pasar un rato agradable conversando, compartiendo historias, regalándoles caramelos y tarjetas hechas por ellos y jugando al bingo, ¡que les encanta! Pero sobre todo es que en ese ratito en la residencia nuestros chicos llevan algo insustituible: ¡alegría y cariño a raudales!
Y así terminaron un año más la convivencia del "Magosto"... ¿Repetimos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario