Hemos comenzado un nuevo curso. Nuevas clases, nuevos libros, reencuentro con los compañeros, con los profes... Algunos empezaron ya por el 10 de septiembre. Otros, los mayores, el 17.
Pero a todos nos faltaba el reencuentro con Alguien muy especial, y hacerlo todos juntos, como la gran familia que somos. Por eso, este viernes 25 de septiembre, celebramos la Eucaristía de comienzo de curso para ponernos en marcha también como cristianos y encontrarnos con Jesús para pedirle que nos acompañe en este camino que acabamos de comenzar y ofrecerle todas nuestras ilusiones y esperanzas en este nuevo curso.
Así lo hicimos, en la Parroquia, presentándole nuestro objetivo como familia Amor de Dios para este año: Colaborar en el entendimiento de nuestro mundo, conociéndonos e implicándonos en la realidad que nos rodea, cercana y global. Al fin y al cabo, ¡EL MUNDO NOS NECESITA!
Le pedimos por nuestro mundo y por las personas que nos rodean.
Le ofrecimos nuestras ilusiones y el esfuerzo que dedicaremos este año a nuestras tareas y deberes.
Y, por supuesto, cantamos todos juntos porque la Eucaristía es una fiesta y ¿dónde hay fiesta y alegría sin música?